¿Alguna vez te has encontrado en medio de un viaje sin poder comunicarte con los locales? ¡Pues eso fue exactamente lo que me pasó en mi viaje a Bruselas! Con un billete de BlaBlaCar en la mano y la emoción de explorar la ciudad, subí al autobús sin imaginar que mi aventura se llenaría de sorpresas… ¡y no precisamente buenas! ¿Te cuento cómo me las arreglé? Sigue leyendo y descúbrelo.

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¿Sabías que uno de los idiomas oficiales de Bélgica es el francés? ¡Yo tampoco lo sabía cuando llegué! Durante mi Eurotrip, tomé un autobús de París – Bercy Seine a Bruselas City Center, pensando que todo iría sobre ruedas. Estaba disfrutando del paisaje y emocionada por llegar… hasta que el conductor comenzó a dar las indicaciones en francés.

¡¿Qué?! No hablo ni una palabra de francés. Mi mente empezó a dar vueltas: ¿Qué hago ahora? ¡No me puedo perder! Pero justo cuando pensaba que todo estaba perdida, algo increíble pasó. En la parte de atrás del autobús había tres jóvenes franceses que, por suerte, hablaban inglés. ¡Uf, qué suerte! Les pedí ayuda y, en un par de minutos, me tradujeron las indicaciones del conductor. Resulta que nos detendríamos en un centro comercial durante 15 minutos para comprar algo de comida. Eso era crucial para mí: ¡no había comido nada desde la mañana! Y además, necesitaba saber si el conductor me esperaba en la zona de descanso.

Este incidente me hizo darme cuenta de algo muy importante: saber al menos un idioma extranjero puede marcar la diferencia entre pasar un mal rato y solucionar un contratiempo rápidamente. Lo que parecía ser un contratiempo, se convirtió en una lección valiosa sobre la importancia de la comunicación.